sábado, 28 de noviembre de 2015

INMACULADA


Bendito eres, Señor,
porque has hecho bendita entre todas las mujeres
a María, madre de tu hijo y madre nuestra.

En esta fiesta de María queremos alabarte y bendecirte.
Porque nos has entregado a tu Hijo,
a través de la encarnación, haciéndolo como nosotros.

Así como la venida de tu Mesías
es la fuente de nuestro júbilo y de nuestra esperanza,
así también el gesto de María,
disponible y obediente a recibir con fe la Palabra divina
en su venida sobre la tierra nos llena de alegría.

Eres grande y generoso, Señor,
porque has querido que una mujer
fuese la primera creyente en tu Palabra santa,
cuando se iba a encarnar en nuestra naturaleza humana.

Ante este actuar tuyo, tan distinto del nuestro,
no podemos sino repetir las palabras de María:
nuestra alma engrandece al Señor
y nuestro espíritu se alegra en Dios, nuestro Salvador,
porque has puesto los ojos en la humildad de su esclava.


Agradecemos esta oración a la Sede de Salamanca 

miércoles, 11 de noviembre de 2015

¡Feliz Divino Maestro!

    Un año más celebramos la fiesta del Divino Maestro pero, este año es especial por ser el 50 aniversario de la partida de Madre Soledad.

    Miremos al futuro con la misma ilusión, entrega y esperanza que lo hizo ella. Desde la humildad y confiando en que si escuchamos al Señor, seremos capaces de afrontar grandes empresas.


FELICIDADES A TODOS 


                       Consejo Nacional

sábado, 7 de noviembre de 2015

Oración Divino Maestro

Jesús Divino Maestro, tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él.
Mu
éstranos tu rostro y obtendremos la salvación. Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una criatura; hizo llorar a Pedro después de la traición, y aseguró el Paraíso al ladró
n arrepentido.
Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios! Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso.
Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.
Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres, proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos.
Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
PAPA FRANCISCO
Agradecemos su aportación a la Sede de Baza